Un cambio inesperado
Nunca
pensé ver a mis niños tan tristes, en realidad no sé si era la tristeza de
ellos o la mía, la cual veía reflejada en su rostro. Soy maestra de educación
inicial y un día revisando los miles de correos que me llegan diariamente,
encontré un video de uno de mis estudiantes en donde me saludaba y saludaba a
sus amigos, en sus ojos lograba ver la tristeza que le ocasionaba estar lejos y
encerrado en su casa, inmediatamente entendí que esta situación nos cambiaría
la vida a todos por completo.
El
Covid-19 nos tomó por sorpresa a todos e indudablemente a los maestros de
Colombia nos dio una vuelta y nos hizo pensar que era hora de reinventar
nuestra labor, ya que ahora debíamos realizar todo lo que hacíamos en el aula pero
desde la virtualidad, era necesario capacitarnos y buscar diferentes
herramientas innovadoras que nos permitieran llevar a nuestros niños
aprendizajes de calidad. Particularmente
para mí ha sido todo un desafío, pero debo admitir que también ha sido un
momento de emociones encontradas, algunas veces de tristeza profunda ya que
extraño sus sonrisas, sus abrazos, sus travesuras… es que es inevitable no ver
la esperanza en sus rostros.
Sin
embargo ante todas esas emociones y situaciones que se presentan día a día, los
maestros decidimos hacerle frente a este virus y traer de vuelta toda esa
pasión y amor por nuestra labor, muchos de nosotros podemos sentir miedo a
enfrentarnos a lo desconocido, pero sé que más grandes son las ganas de
aprender y de continuar enseñando a esos niños que le dan color a nuestras
vidas y que nos llevan a soñar un mundo mejor.
Laura Quecán
Laura Quecán
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