Amigos,
El pesimismo me invade. Dicen
que ya no seremos como antes, seremos mejores, yo no creo. Veo amigos siendo
xenofóbicos, veo gente relativizando muertes y personas dando clases,
magistrales, de como uno debe actuar en esos momentos tan catastróficos. ¡Harta!
Estoy harta de personas con egos inflamados, egoísmos naturalizados y verdades
absolutas.
Percibí que vengo aislándome, mucho antes de
la cuarentena, tengo muchas dudas y los otros, muchas certezas. Creo que soy
medio extraña, cuando era niña me parecían raras las formas de las partes del cuerpo,
la oreja principalmente. De adolescente los genitales me dejaron intrigada. La
reproducción me fascinó y la capacidad de poder elegir, cuándo, me deslumbró.
Para mí era eso lo que diferenciaba al ser humano de los demás animales. Me
sentía Dios por sentir placer apenas por placer, pero la iglesia decía que no.
Mujer con mujer no, hombre con hombre tampoco. No sé, dicen que vamos
progresando con el tema, pero yo no creo. Los homosexuales, todavía, no pueden
donar sangre.
La gente sigue llenando las
iglesias, que no paran de crecer. Los más ricos de mi país, en este momento,
son pastores. Ellos dicen que todo puede cerrar menos la iglesia, porque Dios
salvará y con esa irresponsabilidad siguen con recaudaciones gigantescas. El
presidente que se puso Messias en su
nombre avala la conducta. Jair
MESSIAS Bolsonaro dijo que una gripecita o
un resfriadito no puede cerrar el
comercio y estancar la economía de un país enorme como Brasil. Dijo, además,
que personas van a morir, que la vida es así. Yo no creo.
Me siento confundida. Talvez
no tenga sentido, pero hay cosas que realmente no puedo entender, por más que
me expliquen.
Amigos, dicen que las cosas
van avanzando para bien, yo no creo. Infelizmente, no creo.
Comments
Post a Comment